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El mundo de la inteligencia, 1967

El libro perdido de Hinostroza

Publicado: 2011-11-29

La primera vez que oí de este asunto fue en 1996, durante una conversación con el poeta Bruno Mendizábal en su conventual departamento de San Felipe. No sé de dónde salió el tema, pero Bruno me contó una de las leyendas más oscuras de la poesía peruana contemporánea: que Rodolfo Hinostroza, el gran poeta de Consejero del Lobo (1965) y Contra natura (1970), había publicado un libro luego de su primer poemario, pero que, arrepentido a los pocos días, lo retiró de todas las librerías y se deshizo de casi toda la edición completa.

La historia era interesante, pero había que tener el libro en las manos para confirmarla.

En quince años habré escuchado dos o tres veces más esa historia, aderezada con otros detalles o plenamente modificada (otra versión aseguraba que el autor era el padre de Hinostroza, Octavio, que también fue poeta bajo el seudónimo de Gabriel Delande, editado crípticamente por su hijo). El diccionario bibliográfico de poesía peruana 1965-1979 de Jesús Cabel confirmaba la existencia del volumen, atribuyéndoselo a un enigmático Hinostroza a secas. El libro se llamaba El mundo de la inteligencia y había sido publicado en 1967 nada menos que por Ediciones de la Biblioteca Universitaria, la misma casa editora que lanzó ese mismo año la célebre antología Los nuevos, de Leonidas Cevallos, y luego algunos libros de Julio Ortega. Toda la evidencia estaba en las sombras. Para colmo, un par de años atrás un periodista me contó que le había preguntado a Rodolfo Hinostroza por ese libro en un cuestionario escrito y que este había preferido no contestar nada al respecto.

Era demasiado. Había que conseguir El mundo de la inteligencia de una vez. Así que recurrí al librero y poeta Carlos Carnero, quien administra la imprescindible librería Inestable de la calle Porta. Carnero me vendió un ejemplar hace unas horas. Luego de dos lecturas y de revisar el libro con la minuciosidad con la que un arqueólogo escudriña una daga babilónica que acaba de rescatar del polvo, puedo ir anotando unas conclusiones preliminares a favor y en contra de la teoría de que este es el hijo literario no reconocido de Rodolfo Hinostroza Clausen.

A favor:

1)     La dedicatoria reza: “A la memoria de Octavio P. Hinostroza, mi padre”. El padre del auténtico Hinostroza, se llama, como ya dije, Octavio. El dato hasta este momento no confirmado (pero que el Hinostroza verídico podría aclarar fácilmente) es si el segundo nombre de Octavio Hinostroza Figueroa comenzaba con P. Si la respuesta es no, no hay mucho más que alegar.

2)     Debe quedar claro desde ya que El mundo de la inteligencia es un mal libro. Su autor, sea quien sea, pretende reflexionar sobre la naturaleza humana, la psicología, los procesos del pensamiento, el alma, el amor y el sexo en una clave entre aforística y sentenciosa, pero cierta ingenuidad y grandilocuencia, además de un experimentalismo demasiado elemental, arruinan buena parte del conjunto. Sin embargo, no es tampoco tan malo como para desechar la posibilidad de que sea el gazapo de un autor talentoso. Aquí y allá encontramos fragmentos, breves poemas que delatan a un autor de un nivel mayor que el de tantos vates desconocidos y anodinos que forman la tercera división de la poesía peruana.

3)     El mundo de la inteligencia fue publicado por las Ediciones de la Biblioteca Universitaria, una editorial estimable que, en conjunto con La Rama Florida o en solitario, entregó varios libros de poetas de nivel, además de antologías valiosas como la emblemática Los nuevos. Se dice que el autor de El mundo de la inteligencia era un ignoto poeta de Huancayo que surgió prácticamente de la nada. ¿Cómo llegó este escriba anónimo, que no ha dejado una sola pista en la historia de la poesía peruana a publicar en una editorial con un catálogo más o menos de nivel? ¿Quién lo contactó? ¿Ninguno de los encargados de la editorial lo recuerda? ¿Llegó realmente a venderse este poemario en librerías?

4)     Y estas preguntas nos llevan a otras: si realmente Rodolfo Hinostroza no es el autor de El mundo de la inteligencia, ¿quién es?  ¿Qué fue de él? ¿Lo conoce algún habitante de Huancayo? ¿Por qué publicó su libro solo con su apellido? ¿Qué quería ocultar este “Hinostroza”?

5)     Aunque esta prueba es sumamente circunstancial, hay que anotarla: si El mundo de la inteligencia es el libro de un ilustre desconocido, ¿por qué los libreros que lo venden siempre le asignan precios altos, a la par de los poemarios de autores conocidos y reconocidos? He podido encontrarlo hasta en ochenta soles; mi ejemplar costó cincuenta. ¿Qué libro de un poeta sin mayor fama ni brillo llega a tanto? ¿O uno no compra el libro en sí, sino la pintoresca leyenda que lo envuelve?

6)     Y, finalmente, este libro podría ser de Rodolfo Hinostroza porque la vida suele parecerse a una novela de Bolaño.

En contra:

1)     Jerónimo Pimentel le preguntó hace poco al buen Rodolfo si él era el autor del librito de marras. Luego de reírse estruendosamente, declaró que estaba harto de que le hicieran esa pregunta, y que él no era el autor de ninguna manera. Es más, afirmó que nunca había leído El mundo de la inteligencia. Ni siquiera había tenido un ejemplar en las manos. “Carajo, ese libro me persigue”, suspiró, dejando así el asunto cerrado.

2)     Una tercera persona, el ubicuo José Rosas Ribeyro, asegura que ese libro es una farsa, que  conoció a su verdadero autor, un personajillo que vagabundeaba por los bares del centro –del que no nos pudo dar su nombre- y que El mundo de la inteligencia fue apenas un vano intento por conseguir algo de notoriedad. Rosas afirma que nada en ese libro es verdad; según él, ni siquiera fue editado por las Ediciones de la Biblioteca Universitaria. La intervención de José Rosas abre otra posibilidad sobre la autoría real de este poemario: ¿Y si fue el juego de uno o más individuos con mucho tiempo libre y ganas de confundir a los lectores limeños de poesía? Aunque es una de las teorías menos probables, no debemos descartar esa posibilidad.

3)     El estilo del libro no tiene nada que ver con el de Rodolfo Hinostroza. Una lectura sesgada y tendenciosa puede hallar algún verso que lo relacione con el poeta de Nudo Borromeo (“el libre albedrío / determina su futuro / No hay horóscopos escritos / que encaminan / ni mala suerte / que asuste / el niño / no tiene más ejemplo que nosotros mismos”), pero en general los poemas no tienen puntos de contacto con la obra oficial de nuestro autor.

4)     Ninguno de los críticos que han estudiado la obra de Rodolfo Hinostroza –que no son pocos-  considera este libro como probable parte de su corpus poético. Es más, incluso se dice –no he podido confirmar aún este dato- que José Miguel Oviedo llegó a publicar una nota en la prensa advirtiendo que El mundo de la inteligencia no era de ningún modo el segundo libro de Hinostroza.

Estos son, pues, las conjeturas y datos disponibles. Si algún parroquiano de NMM tiene algo más que agregar, o posee la llave que abre este enigmático baúl, adelante: diríjase a la sección de comentarios y despáchese con todo. El premio para el que resuelva este acertijo es un paquete con la obra completa de Winston Orrillo. No pierda esta única oportunidad.

(José Carlos Yrigoyen, en colaboración con Jerónimo Pimentel)


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